La soledad y yo, la soledad soy yo.

La soledad siempre está, pero no siempre se siente.

La soledad es un grito de silencio que se hace eco en mi cabeza y hace ruido en mis oídos.

La soledad lo es todo y nada, es mirar alrededor y ver todo lo que te pertenece, es saber que todo aquello vale mucho y a la vez no vale nada.

La soledad es encontrarme, es perderme, es no saber qué hacer.

La soledad somos nosotros, en compañía de los recuerdos, de lo que ya no está pero aún existe en la memoria. Es sentir el buen aroma de una rosa, aunque ya se encuentre marchitada.

La soledad es un vacío que se siente, que se llena de sí mismo.

La soledad es estar sentado en el sofá, escribiéndole a la soledad.

La soledad es asomar la vista a la ventana, ver rayar el alba, escuchar el cantar de los pájaros, de los gallos; es sentir la naturaleza, saberla apreciar. 

La soledad y yo andamos de la mano, podría ser mi novia, hasta sería capaz de casarme con ella, con tal, nunca me abandonará.

La soledad es conocerme, es entenderme, la soledad soy yo.

La soledad es un suspiro que termina en bostezo.

La soledad es tener que hablar con el espejo, por no tener con quien hablar.

La soledad es el retrato en el que vivo.

La soledad es caminar despacio, por no tener prisa.

La soledad es llegar a casa sin que nadie me espere, es encontrar todo en su lugar.

La soledad es gritar del desespero, es creer que se ha perdido algo que nunca se tuvo.

La soledad es no tener un porqué dormir, porque no se tiene con quien soñar.

La soledad es más que nada, pero es menos que todo.

La soledad no es sentirse solo, es estar solo, con la sola compañía de la soledad.

La soledad es el llanto que habita en los párpados, es la lágrima que no se resigna a caer.

La soledad ya no es hogar, es un cuarto que no es mío, es una cama en la que todos duermen.

La soledad  es refugiarse en las escrituras de un libro y hacer de su cuento, nuestra historia.

La soledad es vivir en la vigilia y ser insomne.

La soledad es imaginar que no estás solo, cuando realmente lo estás.

La soledad es no soltar la almohada para no sentirse solo, es besarla, abrazarla, es apretarla fuerte y sentir calor en ella.

La soledad decide con quién quedarse, yo no decidí sentirme en soledad.

La soledad es el pasado que no vuelve, es el futuro que no está.

La soledad es no tener un camino exacto por el cual caminar, la soledad es tan sólo caminar y ya.

La soledad es la sonrisa que se duerme, es el abrazo que no se da, es el beso en la mejilla, es la vida que en cualquier momento se nos va.

La soledad es pisar el caluroso pasto seco y sonreír, es pisar el frío asfalto y llorar.

La soledad es un cristal que te utiliza, a veces te hace ver bien, otras veces te hace ver mal y otras tantas, ni siquiera te reflejas en él.

La soledad es abrir la puerta de lo inesperado, es entrar por ella, saber que ahora estás adentro sin saber cómo salir de allí.

La soledad es la respuesta de la incógnita que te crea el estar en compañía.

La soledad es la risa y gracia en la que se refugiaba el gran Garrick para engañar a la tristeza.

La soledad es el manto de calma que nos cubre cuando la monotonía nos arropa.

La soledad es aceptarse a sí mismo, como nuestra mejor compañía.

La soledad es dejar caer la tinta, dejar caer la pluma, dejar caer la hoja, dejarse caer a sí mismo.


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